miércoles, 1 de agosto de 2012

Terma 03

























Ôtani se quedó callado por un momento, pero luego se rió de Risa abiertamente.

- Pero, ¡Qué tonta! ¿No han dicho que vendrán lo antes que puedan? ¡Pues tú tranquila! Increíble... te estabas preocupando por algo tan estúpido...

La sangr hirvió en el cuerpo de Risa, que ahora sí miró al pequeñajo.

- ¡Pero bueno! ¿Cómo que algo estúpido? ¡Es normal que me preocupe! ¿Esque no te das cuenta?

- ¿De qué me tengo que dar cuenta? - preguntó Ôtani, que no entendía para nada a la pelirroja. Su mente estaba en blanco y no tenía ni pizca de imaginación.

"¡Que nos quedaremos SOLOS! ¡Aunque sea un rato! Uf uf..." - pensó, odiando un poco al merluzo chiquitajo, que la miraba aún con la misma expresión.

El ruido del motor algo obsoleto del autobús rompió el silencio, y paró ante la estación.

- ¡Está bien! ¡Vamos, zoquete! - apremió a Ôtani mientras subía los escalons del autobús, pagaba el billete y se dirigía hacia los últimos asientos para esconderse.

Refunfuñando, el chico subió también, e hizo lo mismo que había hecho previamente la chica.

Miró hacia delante, buscando la inconfundible cabellera pelirroja, que sobresalía unos metros mas atrás.

Caminó hacia ella y se dejó caer en el asiento, a su lado.

- A ver si paramos ya de meterte conmigo, ¡ya me estoy cansando!

Risa puso cara de pocos amigos, exagerando la mueca como sólo sabía hacer ella, y espetó :

- ¡Pues deja de vivir en las nubs y aterriza, pequeño alien! ¡Piensa un poco más! ¿O esque tus neuronas están cansadas de trabajar?

Se mordió la lengua, porque había salido a la defensiva de nuevo y no era lo que quería.

Afortunadamente, antes de que le respondiera, una musiquilla altamente reconocible emergió del bolsillo de la chaqueta que llevaba Ôtani.

Sacó el móvil aprsuradamente y se lo dió a Risa ; despistadamente se lo había guardado.

- ¡Ladronzuelo! . exclamó entre risas, y cogió el móvil con suavidad, levantando la tapa y viendo que le habían llegado un par de sms.

Se recostó en el cristal de la ventana, de cara a Ôtani, y empezó a leer el primero. Era de Nobu, y se dirigía a ella como siempre con tono tentador y algo amezante.

"Risa, ¡es tu oportunidad, no la desaproveches! ¡Ve a por él sí o sí! ¡Y ya sabes a QUÉ me refiero...! ¡Éste es nuestro regalo...! jujuju..."

Se quedó blanca y con los ojos como platos. ¿Se habría dado cuenta Ôtani?..

Miró por el rabillo del ojo, levantando levemente el rostro, pero el chico no le hacía i puñetero caso...

Se había pusto los auriculares para escuchar a Umibôzu, y tarareaba una canción con los ojos cerrados y en voz muy bajita.

Suspiro.

"Menos mal.. aunque... uuuuffff..."

Risa no sabía cómo enfrentarse a la noticia, cómo decírselo y mucho menos cómo llevar aquél fin de semana... ¡Solos!

Tuvo ganas de salir por patas, pero se agarró al butacón del autobús y cerró los ojos, intentando controlar su hiperventilación.

"Está bien..." - pensó - "algo bueno tine que haber..."

Suspiró de nuevo, y abrió los ojos para leer el segundo mensaje, que era más tímido y escueto, pero venía a ser lo mismo.

Chiharu se disculpaba de una forma sospechosa, y la invitaba a disfrutar del fin de semana con su novio.

"Novio.." - enrojeció - "solos" - hiperventiló de nuevo - "¡AAAAAAAAAArgh! ¡¿Y qué le digo ahora? Aunque, si se lo digo, tal vez querrá volver a casa y... ¡no quiero!"

Se quedó perpleja, porque aún con el nerviosismo y el terror que la estaban engullendo, aún así quería pasar esos días con él.

Su rostro enrojeció violentamente, recordando el sueño de horas antes. ¿Acaso era premonitorio?...

Abrió los ojos tanto como pudo, y al momento los cerró, apretando con fuerza.

"Calma, calma, caaaaaalmaaaa..." - se dijo a sí misma, intentando que el caos que tenía en su mente y cuerpo no se le fuera por la boca.

"Calma..."

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