miércoles, 1 de agosto de 2012

Lilly 02

Los muchachos habían salido a todo correr de la casa, no fuera que en último momenhto Lilly se arrepintiera.

- Jujuju... - Sirius rió como hiena, imaginando lo que a estas horas andarían haciendo aquellos dos.

- En qué piensas...? - con expresión cansada, Remus observaba cómo Sirius pervertía la imagen de sus amigos.

- En qué va a ser, hermano?... En cómo se lo deben estar pasando esos dos!!! Jujuju... - besó al pequeño Harry, que se quedaba adormilado lentamente.

Había vuelto a recuperar SU mechón de pelo, y lo agarraba con ganas con su manita menuda.

- Awww, mira cómo duerme... - suspiró el chico, con ganas de comerselo a besos.

- No me cambies de tema!! No crees que pensar en esas cosas no es normal?? - enarcó las cejas ; no le gustaba que le torearan las respuestas, y no iba a conceder ni a su amigo el respiro de no responder.

- Bueno!!... No creo que sea nada malo... Tú tambien lo haces con Tonks... no, hermano?

Algo purpúreo se adueñó de sus mejillas, y miró a Sirius con una mezcla de indignación y vergüenza.

Carraspeó y empezó a balbucir, pero no tuvo tiemñpo de rebatir a Sirius... Unas manos se posaron en sus mofletes, y una risa cantarina lo dejó K.O. por completo.

- Holaaa!!! De qué hablais, de qué hablais? Qué decíais de mí? Aaaah, qué calentitas están tus mejillas!! Y qué rojas!! - se paró para respirar, y sacó la lengua graciosamente, mirandolo con ojillos de carnero maltratado.

- To..to..tonk..tonks!!! Hola!!! - consiguió balbucir el pobre Remus, al que los nervios al verla cada vez que se encontraban le gastaban malas pasadas.

- Tonks!! Hola, bonita!! Mira qué cosa más preciosa tengo!! - exclamó Sirius demandando su parte de atención e itentando que Remus se calmara un poco.

La chica se movió, nerviosa, y reparó en el bultito que no había visto antes, lanzandose casi hacia él.

- Awwww!!!! Éste es Harry?? Ha crecido mucho!!! Deja que lo coja!!! - gritó entusiasmada, acariciando el cuerpo el pequeño, que dormía a gusto.

- Esto... no querrás que me quede calvo, ¿verdad? - preguntó el chico, enarcando una ceja y haciendo notar cómo el niño la tenía atrapado.

La chica rió al advertirlo, y sonrió con ternura al niño y a Sirius.

- Eres un buen padrino... lo quieres mucho!!! -

Se rodeó los brazos, frotandose para darse calor.

- Hace frío... qué raro, de repente el viento es helado... Vamos a tomar algo?? Yo os invito!! - juntó las palmas de las manos como súplica, yendo de Sirius a Remus, que aceptaron con gusto.

Tonks los guió por una calle empinada que bifurcaba en dos callejas en salida, y se dirigió hacia la que tenía un aspecto más descuidado, entrando en un local pequeño pero sorprendentemente confortable.

Se sentó rápidamente en una mesa de seis plazas, con la esperanza de que no les llamaran demasiado la atención, e hizo señas a los dos amigos para que se acercasen.

- Esto... ¿qué quereis? - preguntó confusa, con dos cartas en las manos observando los helados y las copas.

- Mmmm... déjame que piense... - Sirius, adoptando un porte distinguido, se sentó al lado de Tonks, manteniendo al bebé de meses contra su pecho, con la cabecita apoyada en su hombro.

- Qué, Harry? Estás investigando? - preguntó al pequeño, dandole suaves golpecitos en la espalda.

Se quedó pensativo pro unos instantes, mirando fíjamente un remolino que se había dibujado de forma natural en la madera de la mesa.

Había teñido un extraño presentimiento, una sacudida en el pecho que lo había dejado casi sin aliento... pero sacudió la cabeza, bordeandola para apoyarse en la del pequeño.

Tomaré un irlandes - decidió, enamorado del licor con el que lo servían.

- Mmmm... - Remus miró con aprobación a su amigo, sintiendo deseos repentinos de tomar lo mismo - ¡¡Otro para mí!! - encargó al mesero, alzando el índice como señal.

- Y bueno... ¿Cómo estan Lilly y James? No les he visto desde que salí de viaje...

Se cruzó de brazos y miró a Remus, que clavó directamente la vista en la taza que dejaron frente a él.

- Bien... están bien... como un par de enamorados, cómo no... - suspiró, llevandose la taza a los labios para tomar un sorbo.

- Y de ese amor ha nacido esta cosita!!! - intervino Sirius, con tono dramático - Y creo que se está aburriendo, así que me levantaré un rato para enseñarle esto. Es un chico muy listo... - le lanzó un guiño casi imperceptible a Remus, y, tomando de un trago lo que quedaba de su irlandés, se separó de ellos, pagando brinquitos hacia una máquina escondida en una esquina del bar, con un Harry inquieto que no dejaba de voltear la cabeza mirandolo todo.

- Vamos a dejarlos solitos... - susurró Sirius - Kukukuku...

No hay comentarios:

Publicar un comentario