miércoles, 1 de agosto de 2012

Capítulo 14


Snape se arrodilló para encajar los tobillos de Ginny en sus respectivos cierres, y empezó a lamer suavemente una de las piernas de la chica, que aún temblaba.

Lamía con la punta de la lengua, muy tranquilamente, avanzando paulatinamente hasta su sexo, bordeando pero sin llegar a tocarla explícitamente.

Mientras, Ron seguía besando a su hermana, que iba poniéndose cada vez más nerviosa.

Acarició con tiento su pálido cuerpo, sin acordarse siquiera de Snape, haciendo que su cuerpo gritase de deseo.

Abandonó los labios para reseguir con besos el cuerpo. Mordió y lamió en su camino, hasta llegar a la misma altura de Snape, que acariciaba tenuemente a Ginny con un dedo.

Ron hizo lo mismo, y Ginny suspiró al pensar lo que dos hombres podían hacer en el mismo lugar.

Snape empezó a acariciar cada vez más intensamente, hasta que dejó al descubierto la zona más excitable.

Con la punta de la lengua le dió un toquecillo, y Ginny se estremeció.

Acercó su pelvis al hombre para que no dejase de darle placer, pero Snape hizo caso omiso y siguió jugando a ponerla cada vez peor ; sonrió maliciosamente al notar a Ginny echa un manojo de nervios, y empezó a echarle bocanadas de aire caliente, alternando con algún lenguetazo.

Ron no tardó en unirse, sin importarle el que Snape estuviera allí también, lamió aquella zona, arrancando gemidos de placer de la chica, que se moría de ganas de acariciar el cabello de los que le estaban dando placer.

Las lenguas de los dos, mojadas y ásperas en ocasiones, se deslizaban y retorcían en un juego salvaje ; la sensación de provocar a Ginny junto a la de notar la lengua del otro les excitaba cada vez más.

Ginny entrelazaba incesantemente sus manos en torno a las cadenas, experimentando el placer de tenerles para ella sola ; las piernas le temblaban y se retorcía al contacto de las viperinas lenguas, que no cesaban de jugar con ella.

Respiraba con dificultad y le lloraban los ojos, esperando con ansias que el orgasmo la derrotara, pero sus amantes eran algo más crueles con ella.

Snape paró al notarla en el límite, e hizo una seña con la cabeza a Ron para que aminorara sus caricias, con la consiguiente queja de Ginny, que acercaba aún más su sexo a la boca del pelirrojo.

Snape rodeó la cruz donde permanecía rehén la chica y observó el agujero practicado en la madera ; estratégicamente emplazado, estaba justo a la altura de las nalgas de Ginny.

Snape se arrodilló y se llevó los dedos a la boca, lamiéndolos generosamente, tras lo cual los deslizó por el boquete, hurgando en la chica, que dejó escapar un grito, sorprendida.

AH! - intentó girar la cabeza para ver quién estaba detrás suyo - SNAPE! ERES TÚ? - la sombra de la duda la atacó de improviso ; no le hacía demasiada gracia no poder ver en todo momento a su amante ni poder controlar lo que le hacían.

Aún así cerró los ojos, concentrada en el recorrer de aquellos dedos.

Snape sonreía maliciosamente.

Rodeó con el brazo izquierdo la cintura de Ginny, que dió un leve respingo y bajó la mirada para encontrarse directamente con una inconfundible marca.

Aquella señal, que el hombre arrastraría durante todasu vida, solía causar impresión y pánico, pero para Ginny era totalmente diferente ; le parecía terriblementesexy en aquél momento...

Snape movió los dedos suavemente, abriéndolos intermitentemente, perturbando a la excitada Ginny, que pegaba sus nalgas a la fría madera, mientras se mordía los labios.

Cuando el profesor juzgó oportuno, retiró los dedos bruscamente, con un débil gemido de parte de Ginny.

Se levantó y sin dilación introdujo su miembro por aquél agujero, mientras se sujetaba a las astas e la cruz.

Con un golpe seco, hizo gritar a Ginny.

Se movió despacio, calculando el momento perfecto para dar caderazos, que cada vez eran más rápidos.

Con un gemido, Snape llegó al orgasmo, temblando dentro de ella, sabiendo que la había dejado insatisfecha.

Sonrió otra vz, ante la idea de mantenerla encendida durante toda la noche, pero sin llegar a dejarla cruzar el límite.

Esta noche serás mi juguete... - susurró imperceptiblemente.

Se desacopló, inspiró olisqueando el aire, preñado de un olor dulzón.

Acercándose a Ron, le obligó a hundir la cara en el sexo de su pequeña hermanita, sujetándole la cabeza con una mano, mientras que con otra cogía a Ginny de la nuca y la besaba, esperando pacientemente a que su miembro diera otra vez señales de vida.

Ginny volvía a sentir que se derretía ; Ron había aprendido ya a deslizar suavemente la lengua, dando pequeños rodeos a su botoncito, y en ocasiones introduciendola en su sexo.

OH, SÍ, SÍIGUEEE! - gemía desesperada - HAZ QUE ME CORRA! - gritó, estremeciéndose al tiempo que su húmedo sexo latía dolorosamente.

NO!... - Snape agarró a Ron del pelo y tiró de él, separándole de ella.

Pero, QUÉ HACES? - desafiante, Ron se hundió en Ginny, que, llorosa, gimoteaba pidiendo más.

Snape volvió a sonreír, mostrando unos caninos blancos y agudos, y mordió en el cuello a Ginny, que, con un gemido dividido por el placer y el dolor, se convulsionó, con sus entrañas gritando y deshaciéndose en un intenso orgasmo.

Temblando, se dejó hacer. Cansado de tenerla en aquella posición, deshizo las ataduras, dejándola caer como un peso muerto sobre Ron, que perdió el equilibrio y cayó, aplastado entre sus pechos.

Resoplaban, excitados pero exhaustos.

Ron la abrazó ; entrelazando sus dedos sobre su espalda mojada.

Snape les miró, enarcando una ceja, y con un leve gesto de la cabeza reprobatorio, se dirigió hacia el trono para sentarse.

Entrecerrando los ojos, saboreó lo acontecido, perdiendose en el recuerdo del sabor y el olor de la mujer.

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