jueves, 2 de agosto de 2012

02. Medusa


Tema: A tu elección

Protagonista: Un ser mitológico

Palabras: Dolor, ansías, calor, vela, erotismo, fluir, espejo, belleza, manantial, tesoro

Longitud: Sin límite de palabras

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Se acercó al *manantial* para beber de sus aguas, frescas y teñidas con un dulce sabor a miel.


Cerró los ojos, mientras agudizaba el oído para captar los sonidos que la rodeaban, pero sólo podía notar el *fluir* lento e incesante del agua.


Admiró su rostro en el *espejo* de agua, y las serpientes de su testa se removieron inquietas al verse reflejadas.


Sisearon amenazadoras y mordieron el aire hasta que se cansaron y ella rió, y su voz navegó hasta oídos de un muchacho, que la observaba inquieto desde una distancia prudencial.


No la había visto en su vida, pero le había parecido la criatura mas hermosa que podría encontrar, y se quedó embelesado, sin saber el aciago destino con el que estaba empezando a su hilar su vida.


La mujer, sin embargo, rió con mas ganas, porque sabía que había atrapado la fantasía de un muchacho, y procuró ser cauta, para que él no la abandonara demasiado pronto.


No había tenido oportunidad de conocer a ningún muchacho antes, porque su vieja madre la había advertido de que si se acercaba a cualquier ser humano, lo mataría. Y se había apenado durante muchos años, pero al final había decidido que aquello no podía ser verdad.


Las *ansias* por conocer mundo y *calor* de hombre habían eclipsado el horror que le había dejado la muerta de su anciana madre, y se arrodilló frente al manantial, esperando que aquel que la observaba se atreviera a poseerla.


Hundió su mano en el agua, jugando con ella como cuando jugaba con la llama de una *vela*, deslizando los dedos mientras musitaba una lenta canción.


Y el muchacho, subyugado por la *belleza* que apenas podía contemplar, se acercó a la mujer, proclamando en su interior que ella sería su mayor *tesoro.*


Sin saber porqué, se acercó cada vez más, peligrosamente, hechizado por el *erotismo * de sus hombros desnudos y su leve cintura, hasta que casi pudo tocar con sus dedos la espalda de ella. Y su cabello, sus serpientes enfurecidas, se movieron todas contra él, mordiendo con saña la muñeca del muchacho, que se quedó lívido al notar los colmillos hundiéndose una y otra vez en su piel.


Pero por lo menos respiraba… algo que dejó de hacer cuando ella se giró abruptamente para enfocarle con sus ojos, y el muchacho cayó en su hechizo, transformando su piel y sangre en piedra, y el grito de *dolor* mas escalofriante cruzó aquellas tierras…. mostrando la verdad de su horripilante ser a la mujer…


05. Isla

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